lunes, 8 de septiembre de 2008

Monólogo de un alma errante.

Dios!!!! Qué es esta impotencia!!! Ya no puedo dormir, ya no puedo vivir. Creo que soy como un “Lobo Estepario Samsa”. Vivo agobiado de problemas, mas que los míos son los de mis amigos (son las personas que mas quiero… mas que mi propia familia), y veo el mundo como una estupidez. A veces me pregunto si es que en verdad somos algo… si en verdad nacimos para comportarnos así; tan indiferentes con nosotros mismos, tan egoístas. Tan superficiales y tan convenidos.

Me llamo F, soy alguien que tiene ideas centrales… soy liberalista y comunitarista, soy capitalista y comunista, soy día y noche, soy simplemente yo. Un adolescente raro no influenciable. Felizmente no soy el único así... que siente tanta impotencia, que ve tantas desigualdades, que daría lo que fuera por cambiarlas. Estuvieron y siguen estando Ghandi, Juan Pablo II, Obama, Juanes, Benigni, y un largo etc. Lo malo es que no son suficientes.

Voy al colegio tan solo para encontrarme a las personas que quiero, que de alguna forma increíble me han ayudado (y lo siguen haciendo). Pero también voy para ver o bueno para que me enseñen como ser un buen burgués. Y eso que mi colegio es católico (nótese la ironía). Es mi obligación ponerme una chompa delgadita aun así esté nevando, de tener el cabello corto porque alegan que es una falta de humildad tenerlo largo (¿qué estúpidos son, cierto?), mi deber es entregar un tarro de leche para los pobres, caso contrario no me aprueban el año. Estudio en un lugar donde todos debemos ser iguales (pero como en cuba), donde en pleno siglo XXI las misas son obligatorias (las cuales yo jamás voy).

Felizmente eso solo pasa en los dueños del colegio, y no vale la pena mencionarlos. En cambio todos mis profesores (o la mayoría) se toman su trabajo en serio, y hasta sienten rechazo cuando los interrumpen de la dirección. Me gustan más los cursos de letras.

Creo firmemente que la sociedad peruana se divide en 3 partes: Los ricos, los pobres y los más pobres. Donde los ricos son aquellos que tienen casas por doquier, no tienen preocupaciones más el mirar por su hombro por si alguien los quiere secuestrar. Los pobres… que somos la mayoría, los que tenemos Internet pero con las justas podemos darnos algún gusto. Que vivimos como que apretando el bolsillo para no gastarnos todo. Y los más pobres. Los que no tienen NADA.

Entonces ya sabrán el por qué de mi impotencia. No quiero decirlo con aires de soberbia… pero soy acaso el único que se preocupa por cosas importantes? O soy acaso el único que las ve? El cabello no lo hace a uno, menos la ropa. Hay gente muriendo de hambre, de frío, de ignorancia. Y yo aquí, sentado como un pobre huevón escuchando al portero que lo ascendieron a “auxiliar” que cerrar la puerta mientras no hay docentes es un capricho.

Expuse hoy sobre el lobo estepario. Y me corrijo en lo que respondí en la tercera pregunta. ¿Me considero un lobo estepario? Claro que sí… mi parte animal se libera cuando escribo, y la verdad no la puedo controlar. Aunque me reitero: Es excusable. Veo que aun existe burguesía… todavía siento aquella doble moral de las personas que me rodean, esa conveniencia.

A veces criticar es lo mejor que podríamos hacer (como diría Alan Shore), pero también me he echo la pregunta de que si yo lo hago porque soy todo lo antes mencionado. Y cuando lo pienso se me paraliza el alma y comienzo con una introspección rutinaria. Cada vez que lo hago llego a la conclusión de que no. Bueno amo el arte. El verdadero arte no el arte comercial. Soy músico, amo las notas que salen de mi guitarra, me atrevo que tengo cierta facilidad (aunque no parecía cuando empecé a escribir esto) para expresarme mediante la escritura, y bueno por ende amo la literatura. Amo también otro tipo de arte, muy raro (al menos en nuestro país, a excepción de Chambi), la fotografía. Me encanta y pienso vivir de ello. Soy perfeccionista en lo que amo (música, fotografía... el arte en general) y no me imagino yo mismo haciendo lo que nuestros “doctores de la iglesia” hacen todos los días.

Mi parecido a Gregorio Samsa es tal vez por mi caparazón (increíblemente no su metamorfosis) su caparazón donde habitaba esa manzana podrida, que al final murió debido a la soledad y la indiferencia. A veces me siento así… por más increíble que parezca.

He pasado como muchos la etapa de preguntarme quién mierda soy. Debo reconocer que me ayudó mucho mi etapa gótica (en la cual creo ya no estar). Fue en ese tiempo que le agarré amor al arte.

Deben ser mis temperamentos, los que me dicen que escriba esto y es la sociedad la que me obliga a expresarlo. No podemos seguir viviendo así.

Francamente, la única solución que encuentro es la de encontrar YA nuestra identidad. Para que dejemos de darle importancia a modas contradictorias. Pensamientos radicales y cosas por el estilo.

Debemos poner en práctica todos esos movimientos filosóficos que retumbaron al mundo en sus épocas, sin llevarlos nunca al extremo. Porque como sabrán cualquier exceso es malo. Actuar sin deformar la ética, bajo nuestros principios, siendo concientes de nuestros actos (especialmente los adultos). No haciendo paros nacionales que retardan el progreso en el país. Pero tampoco dándole importancia mil a la clase alta (que son 4 gatos).

Debemos conseguir aquello que ya todos tenemos y muy pocos usamos… la libertad.

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