viernes, 5 de agosto de 2011

01:11

Y así llega otra noche, terrible.

Pienso constantemente en lo que sucedió aquel día, y más que eso, cómo sucedió.

Ahora mismo desearía estar en el limbo, tal como me sentía en ese taxi morado que me llevó al hospital. No entiendo cómo es que de la nada, un vacío me invade de esta manera, tan horrorosa, que hasta me dan ganas de llorar. Es como si algo me poseyera, no sé cómo explicarlo de otra forma. Me fumo un wiro porque quiero estar en el limbo de nuevo. Hago lo mismo de ese día, cometo un exceso, pero nada. Mi corazón sigue palpitando correctamente. Fumo más. Nada. Seré bipolar? Me siento drogado y terriblemente vació, me río burlándome de mí mismo,  porque sé de alguna manera u otra qué es lo que me sucede, y por qué. Pero no sé cómo aliviarlo. Fumo más. Mi corazón se acelera, pero es porque Janis me confiesa susurrándome al oído lo sola que anda, me recuerda a mi hoy. Fumo más. Empiezo a entender que actúo como un drogadicto, quizás lo soy, pero qué chucha, nunca afectó mi trabajo. Empiezo a creer paranoicamente que mi corazón acelera, pero no es más que el recuerdo de aquel día. Qué decepción. Fumo más. Estoy completamente drogado. Pero me sigo sintiendo vacío. Más que eso, saber que lo estoy. No me deprimo, no me alegro. Nada sucede. Nadie.

Fumo más.

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