El otro día mientras obligaba a mi pluma manchar mi cuaderno, vi como de pronto una polilla se posó en una de las hojas mientras escribia la última palabra de un poema de amor; y cómo agresivamente dio tres vueltas sobre ella. Luego de eso, se fue.
Esa noche supe por fin cuál era el secreto de la vida.
Annie.
-
He de quejarme de tu astucia,
has de escupir mi ausencia.
He de resolverte en un fusil
has de ahorcarme en tus entrepiernas.
Annie, lo he descubierto...
e...
No hay comentarios:
Publicar un comentario