"(...)Y allí estaba, sentada, linda, toda morena ella, con mirada filosófica. (Como músico del Titanic). Sí, allí estaba ella, mi hermosa esposa. Con un cigarrilo como siempre, sexy, contemplando el mar, ahora con intriga por que soñar con tsunamis y esas cosas era indicios de posible psicosis segun el psiquiatra. Sea como sea, ella estaba ahi, mujer, decidida más que nunca.
Y yo ahí, acercándome, con barba elegante, para quizás la charla más importante en mis 47 años de vida.(...)"
Annie.
-
He de quejarme de tu astucia,
has de escupir mi ausencia.
He de resolverte en un fusil
has de ahorcarme en tus entrepiernas.
Annie, lo he descubierto...
e...
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