Mira. No hay horizonte azul. Todo es ahora una masa oscura, casi una pared. Algodón arriba tuyo marcha al ritmo de un grito silencioso.
Piensas que la muerte es un manjar suculento que ahora te empalaga, y ves dos luces en el fondo de tu mirada, como se posan en la línera ahora imaginaria de un horizonte sin futuro. Como lentamente, sonidos orgásmicos brotan de aquella forma de vida.
Solo que ahora cierras los ojos para ver con mas claridad.
Annie.
-
He de quejarme de tu astucia,
has de escupir mi ausencia.
He de resolverte en un fusil
has de ahorcarme en tus entrepiernas.
Annie, lo he descubierto...
e...
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